¿QUÉ ES UN JINETE? I
Por el Capitán Juan Valenzuela Poblaciones.
Pese al título arriba indicado, más que una conferencia es una "teórica" para este curso de monitores.
Volviendo al encabezamiento: ¿Qué es un jinete?, hemos de decir que para ser jinete, lo primero que hay que hacer es aprender a montar a caballo. El primer contacto de una persona y un caballo se suele producir fortuitamente, suele ser en el campo, en una excursión, en una feria o en algún picadero; es un paseo, en el que el miedo del de arriba y su correspondiente agarrotamiento le produce una emoción nada fácil de olvidar, se queda con el gusanillo dentro, piensa en volver a montar y tras algún que otro intento, decide aprender un poco más en serio. En este momento empieza su formación.

La definición de Jinete que nos da el diccionario de la lengua, es persona que
monta a caballo, individuo
Paco Goyoaga
monta a caballo, individuo
Paco Goyoaga
con cierta habilidad en el arte ecuestre etc., pero no creo que los conductores de Fórmula I consideren conductores a los"domingueros", o sea que bajo nuestro punto de vista un poco especializado, esta definición nos viene corta. Según esta, vemos a diario en las revistas a Marisol y compañía diciendo que su deporte es la equitación, luego deberían ser jinetes y desde luego no lo son.
La definición mía de jinete, parto de la base que no es ortodoxa, ni está aprobada por la Academia de la lengua, ni aceptada por la Federación Hípica Española. ni simplemente debatida. No voy a creer que he descubierto nada en la equitación, solo es el resultado de mis observaciones y dichas a mi aire. El que quiera las puede ampliar o recortar que prometo respetar todas las opiniones. Un jinete ha de tener unas cualidades morales (valentía, serenidad,iniciativa, abnegación) físicas (de constitución y de atleta) técnicas (un pulido en su arte nato) y un conocimiento grande del caballo y de sí mismo.
Daría como definición la siguiente: Un aficionado con buen asiento, siente el caballo y ha conseguido veteranía.
El jinete perfecto, como el caballo perfecto, no existe, pero sacando una sola nota media de 5 en cada punto ya se es un jinete, y cuanto más nota mejor. Vamos a desmenuzar esta definición
El concepto de aficionado es tan amplio, que varia desde el que va a los concursos a apostar hasta Angel Alonso Martín, para mi, modelo de autentica afición, a todos ellos el vulgo les llama aficionados. Qué cantidad de veces hemos salido de una pista, donde ha habido algún recorrido precioso, digno de recuerdo y "unos aficionados" salen diciendo que la Gemela 3/7 se pagó a 2500 ptas, sin mencionar ese recorrido, mientras que otros aficionados solo recuerdan ese recorrido y ni se han enterado de que existió tal gemela. Vemos pues que se pueden hacer una serie de escalas para el aficionado, y que sería algo así como al que le gusta el espectáculo para verlo, el que acepta los caballos, el que le divierten, el que les saca el jugo y por último, los que necesitan espiritualmente del caballo para vivir, estos son para mi los auténticos aficionados y a los que yo me refiero como Jinetes.
El auténtico aficionado gasta su tiempo su dinero y su vida en los caballos. Ojos extraños lo ven como un mártir, un loco o un enfermo que se priva de los permisos para montar, se gasta lo que puede y más en un caballo, montura o hierro, zanahorias etc, pero el no está loco, es feliz, está en lo que le gusta y palos con gusto no duelen. La afición y el tiempo dan la experiencia y veteranía
, otra de la cualidades del jinete que examinaremos más adelante. El que ya es jinete, pasó por una serie de etapas, algunas muy brillantes y otras negras que venció a base de afición ¡cuantos se han quedado en el camino! Pongamos un ejemplo: Yo, como el 90% de los españoles, en mis años mozos jugaba al fútbol y hasta me quiso fichar un equipo de tercera división, desde luego, en aquella época me consideraba un aficionado al fútbol, pero llegó la época de la Academia, la salida de Teniente, primer destino y entonces este aficionado dejó poco a poco de jugar y a los 22 años, edad en la que se empieza a ser alguien en el fútbol, yo ya no jugaba. Visto en la actualidad, yo diría que no fui aficionado ya que me absorbieron otras actividades. Con los caballos pasa igual y es aficionado aquel que ha probado su afición ante muchas ocasiones adversas. El momento en que se muere tu caballo bueno y quedas desmontado, las decepciones deportivas a nivel de aspiraciones, el progreso de los compañeros y momentos de estancamiento propio, son momentos que forman al aficionado.
En los primeros años, podemos decir que más que afición lo que se siente es inclinación por el caballo, es como el primer amor que en un principio nos parece no podríamos vivir sin el. El aficionado auténtico, es el que llevando muchos años de casado, día a día sigue cultivando ese campo y aún nota que le quedan cosas por descubrir y por mejorar.
Ni por un momento quiero decir, que un jinete joven no pueda tener afición, pero es mejor no tomarla muy en serio, aún ha de superar situaciones exigentes que le priven de montar; si son estudiantes su paso por la Universidad, La Milicia y el primer destino, y si no estudia, el comienzo del trabajo la Mili, etc.
Tampoco quiero decir que los aficionados sean grandes jinetes, pues los hay bien malos. Pero el que tiene afición de verdad tiene muchos puntos ganados.
Modelo de afición lo tenéis en el Coronel Alonso Martín, que empezando con edad tardía a montar, nunca dejó de luchar recuperándose de descalabros como la muerte de muchos caballos buenos y acabando su vida activa ganando, hasta la última prueba que corrió en Jaen con Eclipse. Y ¿a base de qué? a base de sacrificio, de cuidar su forma física, de tesón, y en una palabra, de auténtica afición. Aún acabada su vida activa, necesita seguir ligado al caballo, ocupándose de los juveniles y ahora del curso de monitores. Nadie puede decir que le compensa la parte económica, solo le compensa el ver llena su gran afición. Por último como la excepción confirma la regla, hay buenos jinetes que no tienen afición. Solo se puede decir ¡Qué pena! ¿Hasta donde habrían llegado?
En los primeros años, podemos decir que más que afición lo que se siente es inclinación por el caballo, es como el primer amor que en un principio nos parece no podríamos vivir sin el. El aficionado auténtico, es el que llevando muchos años de casado, día a día sigue cultivando ese campo y aún nota que le quedan cosas por descubrir y por mejorar.
Ni por un momento quiero decir, que un jinete joven no pueda tener afición, pero es mejor no tomarla muy en serio, aún ha de superar situaciones exigentes que le priven de montar; si son estudiantes su paso por la Universidad, La Milicia y el primer destino, y si no estudia, el comienzo del trabajo la Mili, etc.
Tampoco quiero decir que los aficionados sean grandes jinetes, pues los hay bien malos. Pero el que tiene afición de verdad tiene muchos puntos ganados.
Modelo de afición lo tenéis en el Coronel Alonso Martín, que empezando con edad tardía a montar, nunca dejó de luchar recuperándose de descalabros como la muerte de muchos caballos buenos y acabando su vida activa ganando, hasta la última prueba que corrió en Jaen con Eclipse. Y ¿a base de qué? a base de sacrificio, de cuidar su forma física, de tesón, y en una palabra, de auténtica afición. Aún acabada su vida activa, necesita seguir ligado al caballo, ocupándose de los juveniles y ahora del curso de monitores. Nadie puede decir que le compensa la parte económica, solo le compensa el ver llena su gran afición. Por último como la excepción confirma la regla, hay buenos jinetes que no tienen afición. Solo se puede decir ¡Qué pena! ¿Hasta donde habrían llegado?
El autor de este artículo con EBANO
Coronel Juan Valenzuela Poblaciones
(Continuará)
Chevi Sr