Esta Carrera Legionaria ciertamente no es hípica, aunque hubo años en que hacer los 101 Km a caballo era una de las modalidades, pero las especiales dificultades, bien conocidas por los jinetes, no permitieron el arraigo de esta modalidad en los 101Km y aunque así haya sido, en algunos aspectos, no obstante, se pueden sacar enseñanzas para la organización de nuestros Campeonatos, incluso para la creación de otras competiciones que dieran oxigeno a la Equitación Militar que agoniza.
En una revista legionaria "LA LEGIÓN NOS UNE" se puede leer:
FUNDAMENTOS DE LA PRUEBA
"La prueba consiste en un recorrido de 101 kilómetros jalonado de día y de noche para cada modalidad por legionarios y diversos carteles informativos que es importante leer. Cada aproximadamente 5 Kilómetros habrá puntos de avituallamiento. Todos los corredores deberán de llevar permanentemente el dorsal visible además de portar, siempre, el "Pasaporte Legionario", documento que sirve para comprobar que el citado corredor ha pasado por todos los controles sorpresa que la Organización tiene a lo largo del recorrido y el chip para controlar el tiempo de cada participante y para poder coger los recuerdos en la meta. Al finalizar la carrera deberá llevar sellados todos los controles para poder tener derecho a los premios y recuerdos que se entregan por finalizar la misma, que son una medalla conmemorativa de la carrera y una sudadera. Habrá un diploma que se podrá descargar de nuestra página web"
Podemos leer también:
"La prueba de los 101Kilometros en 24 horas surge en el año 1995 como parte de los actos que conmememoraron el 75º aniversario de la fundación de La Legión. El entonces Coronel Jefe del Tercio Alejandro Farnesio 4º de La Legión D. Enrique Gomaríz de Robles y posteriormente General Jefe de la Brigada de La Legión Rey Alfonso XIII, decidió organizaer una actividad civico-militar que permitiera acercar un poco más La Legión y sus legionarios a la población civil a través de una prueba deportiva de dureza extrema donde la entrega y camaradería entre civiles y militares fuera un valor tangible.
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Gracias a la llegada de Internet y a su empleo generalizado, la relación entre la Organización de la prueba y los miles de deportistas que participan en la misma, que en las últimas ediciones ronda los 7.000 participantes, es tan fluida que practicamente todo el año esta funcionando nuestra web, ya sea a través del foro o correos electrónicos.Esto tambien hace que la prueba tenga una gran proyección mundial, lo que ha dado como resultado la presencia de gran cantidad de deportistas extranjeros, tanto militares como civiles."
Cuando formé parte de Comité Organizador de los últimos Campeonatos de España Militares Hípicos, siempre tuve la obsesión de que hubiera participación civil, comulgando con las razones expuestas y por mayor vistosidad del Campeonato, iniciativa no siempre compartida con todos los miembros del Comité Organizador, por algunos sí, y a veces consentida por no oírme más.
Algo hay que pensar, algo hay que hacer con esta Equitación Militar que agoniza.
Los caballos de deporte que criamos van al Escuadrón de la Guardia Real, que en principio no está para ese cometido y como resultado no puede atender como quisiera todos los potros recibidos. Otros van al Escuadrón de la Guardia Civil de Valdemoro que ídem de idem. y otros a las instalaciones de Cría Caballar en Madrid, antigua Escuela de Equitación del Ejercito, donde ahora monta la Policía Nacional.
La Intervención Militar celebraba en su día la vacante ocupada de nuevo por un General del Cuerpo, desde que por primera vez en la historia lo hiciera Ricardo Martínez Grande nombrado por Bono en el BOD 233 de 2005. Esta vacante no es otra que la de General de Cría Caballar. El que manda manda, siempre a la orden, aunque sorprendido.
Cuando formé parte de Comité Organizador de los últimos Campeonatos de España Militares Hípicos, siempre tuve la obsesión de que hubiera participación civil, comulgando con las razones expuestas y por mayor vistosidad del Campeonato, iniciativa no siempre compartida con todos los miembros del Comité Organizador, por algunos sí, y a veces consentida por no oírme más.
Algo hay que pensar, algo hay que hacer con esta Equitación Militar que agoniza.
Los caballos de deporte que criamos van al Escuadrón de la Guardia Real, que en principio no está para ese cometido y como resultado no puede atender como quisiera todos los potros recibidos. Otros van al Escuadrón de la Guardia Civil de Valdemoro que ídem de idem. y otros a las instalaciones de Cría Caballar en Madrid, antigua Escuela de Equitación del Ejercito, donde ahora monta la Policía Nacional.
La Intervención Militar celebraba en su día la vacante ocupada de nuevo por un General del Cuerpo, desde que por primera vez en la historia lo hiciera Ricardo Martínez Grande nombrado por Bono en el BOD 233 de 2005. Esta vacante no es otra que la de General de Cría Caballar. El que manda manda, siempre a la orden, aunque sorprendido.
Mientras, vamos comprando los caballos que se subastan, ya que el asignárselos a militares no es, al parecer, de momento la idea, ni es válido para algún valido, aunque estos militares sean jóvenes profesionales en formación, o viejos jinetes en la reserva, tan caducos o no como los asesores en los que se tiene toda la confianza, y tan competentes como ellos a nivel deportivo.
HURON. YEGUADA MILITAR.
Esta es HADITA DE VALE (3años), de barbacoa en Cenicientos. La guapas son, Cris, Mer y su hija Mariola, los feos sus sufridos esposos y Rafita.
Y esta es, WADTTEAU, la madre de HADITA montada por el Capitán.
¡A mi la Legión!
José V. Ruiz de eguílaz y Mondría
Coronel de Caballería.